Desde hace ya tres años, al amparo de lo que establecen los Decretos 131/2012 y 215/2013, el PAF viene desarrollando unos grupos formativos y de autoayuda bajo el nombre de Espacios de Formación Familiar.

¿QUÉ SON LOS ESPACIOS DE FORMACIÓN FAMILIAR?

Se trata de unos talleres, tanto de padres como de adolescentes y preadolescentes, en los que se interviene de manera grupal en las familias, promoviendo el ejercicio de la parentalidad positiva, así como de medidas de orientación y apoyo específicas ante situaciones de conflicto familiar, dificultad psicosocial y /o riesgo de exclusión social en el seno de la misma.
La metodología grupal nos permite abordar asuntos que afectan a varias familias de manera simultánea, al mismo tiempo que creamos un espacio donde las familias perciben que no están solas en su desempeño, que existen otras personas con iguales dificultades, generándose de esta manera un efecto de ayuda mutua.

¿QUIENES LOS IMPARTEN Y EN QUE CONSISTEN?

Los talleres son diseñados e impartidos por un/a psicólogo/a y un/a educador/a social que mediante un metodología activa y participativa abordan cuestiones tales como:

Parentalidad positiva: vínculos afectivos, entorno estructurado, supervisión de los hijos, normas y valores, reconocimiento del valor de los hijos, capacitación de los hijos como agentes activos,...
Conciencia y manejo emocional, identificación y expresión de emociones, control de la ira, tolerancia a la frustración, estrategias de afrontamiento ante emociones negativas...
Manejo de la autoridad y establecimiento de límites; Afecto y comunicación....
Etc...

¿CÓMO SE ACCEDE?

Para participar en estos Espacios de Formación Familiar sólo se necesita la motivación e idoneidad de quienes quieran participar, dirigiéndose a los Equipos de Familia del Centro de Servicios Sociales que le corresponda en función de su domicilio y manifestar su deseo de participar en ellos.

¿QUIÉN PUEDE PARTICIPAR EN ELLOS?

En general, todas aquellas familias con hijos menores de edad que consideren adecuado o necesiten participar en estas escuelas de padres, talleres o espacios de formación familiar, y en particular aquellos padres que presentan dificultades en la relación con sus hijos. Del mismo modo se dirigen a adolescentes y preadolescentes, inmersos en una dinámica familiar problemática, en gran parte de las veces ocasionadas por sus propias conductas o por la respuesta de sus progenitores a estos comportamientos.