Flamenco en la Plaza Alta

La esencia del Arte

 

Una noche de flamenco en Badajoz es una noche de vuelta a los orígenes, de recuperar las esencias y de avivar el alma. Una noche de música que pellizca, de guitarra que habla, de palmas que se rompen, de taconeos que explotan, de bailes que conmueven.

 

Somos una ciudad de contrastes, de emociones y de pasiones. Una ciudad que abraza con ganas todo lo que huele a arte, a cultura, a historia, a guitarra y a cante. Somos ciudad que va caminando de frente en ese afán por recuperar todo lo bueno que hemos tenido para el disfrute de los presentes. Somos ciudad que huele a flamenco y a Plaza Alta. Sus calles adyacentes, los rincones y recovecos de un barrio que se enciende al anochecer con el rasgueo de una guitarra y una voz casi rota al viento. Las calles de Badajoz expanden la esencia del flamenco cada vez que alguien se arranca.

 

Me pongo a pasear por las calles del Casco Antiguo y percibo un agradable olor a historia, a personajes, a emoción y sentimiento, a escenarios, a espontáneos y cantes. Es la esencia del flamenco que poco a poco se va recuperando en una ciudad que, afortunadamente, realza y ensalza cuanto forma parte de sus señas de identidad. Es la esencia de un arte que tiene arte a raudales, que tiene música, que tiene historia, que tiene personas y personajes, que tiene citas ineludibles y que tiene leyendas, reseñas y anécdotas que configuran también la secuencia genética de Badajoz y sus gentes.

 

El flamenco nos distingue, nos diferencia, nos define y nos interpreta.

 

Francisco Javier Fragoso Martínez

Alcalde de Badajoz