Navidad 2014
Navidad son personas, es ciudad
Parece que fue ayer y ya estamos de nuevo en Navidad. El tiempo pasa, vamos haciéndonos mayores, algunos faltan, otros llegan y la vida continúa. Con sus errores y aciertos, con sus tristezas y alegrías. La vida es así. Una bendita rutina que no se escapa de sobresaltos y sorpresas, una emocionante aventura donde descubrimos cada día que lo más importante es la familia, los amigos, las personas porque son precisamente las personas las que hacen que todo tenga sentido. Son las personas las que hacen ciudad, las que construyen una comunidad, las que convierten el tedio en emoción, la parada en camino y la soledad en compañía. La Navidad tiene que ver mucho con las personas. El propio mensaje de la Navidad pone el foco sobre las personas. Las virtudes, las excelencias, la emoción, el recuerdo, la esperanza, la ilusión son sentimientos y experiencias que habitan en lo más profundo de las personas, que solo en las personas cobran vida, adquieren trascendencia.
El mensaje de la Navidad tiene que ver con la generosidad, con la paz, con el pensar en los demás, con el compartir, con la solidaridad, con el entendimiento, con el proyecto común de los pueblos, con la integración, con el futuro. El mensaje de la Navidad, porque tiene que ver con las personas, va dirigido a todos. No importa que no creas, que te sientas por encima de las celebraciones o ritos que la rodean, que pienses que estás al margen. No puedes. No debes. Porque es un mensaje, además de universal, apegado a la humanidad de las personas. Obtiene su sentido precisamente cuando son las personas cuando reciben lo que contiene ese mensaje y deciden construir sobre sus cimientos. Una sociedad que pretende crecer sin los valores universales que tanto tienen que ver con la Navidad es una sociedad condenada al fracaso. Todo el mundo quiere la paz, la solidaridad, la generosidad, el amor y la esperanza. Son palabras, conceptos tan manidos que hay gente que se avergüenza de hablar de ellos o que prefiere intentar sobrevivir al margen de ellos. Es respetable su opción pero, afortunadamente, la inmensa mayoría creemos en todo cuanto envuelve a la Navidad, en todo cuando nos descubre, en todo cuanto nos hace pensar.
Y la Navidad, además, permite que una ciudad como la nuestra reviva emociones que nunca se pierde, recuerde a los que se fueron y sepa compartir con los que se quedaron, con los que están. Y compartimos lo que tenemos y lo que podemos a sabiendas de que lo importante es querer compartir. Badajoz, en Navidad, comparte sus mejores horas del año. Las comparte en sociedad, en amistad, en fraternidad sin paliativos. Badajoz, en Navidad, con sus luces, sus belenes, su mercado, su música, su comercio, su frenética actividad y, cómo no, su hermosa Cabalgata de Reyes, hace de la ciudad un lugar especial.
Francisco Javier Fragoso Martínez
Alcalde de Badajoz