Bibliotecas
Abrir un libro, visitar una biblioteca
Abrir un libro es descubrir el mundo, es descubrir el mundo. Entrar en una biblioteca es viajar por el universo de los cuentos y las leyendas, de las historias y las ideas, de la imaginación y los sueños. Entre las páginas de un libro, entre los cientos de libros de toda clase y condición y para todas las edades que rellenan con una insólita puesta en escena las estanterías de una biblioteca, y entre las miles de letras, palabras, y frases que conforman la literatura que contiene un libro, el lector – no importa ni su edad, ni su capacidad ni su interés – tiene en sus manos la oportunidad de crecer.
Porque leer un libro es crecer. Caminar. Avanzar. Descubrir.
Leer un libro es subir a la más alta de las montañas sin el pánico a las alturas, recorrer los más alejados océanos ignorando la cartografía marina o algo tan sencillo como saber nadar, explorar, los polvorientos y calurosos rincones de los desiertos o el humedal de una selva inhóspita tener miedo a nada. Leer un libro es imaginar que la historia se ha escrito sólo para uno o, mejor aún que la historia la está escribiendo uno mismo a medida que pasa las páginas.
El libro nos introduce a uno de los rituales más conmovedores que el ser humano puede experimentar porque permite, en silencio y en soledad, sentir la compañía, la emoción y la pasión de los protagonistas, los escenarios, los enredos y los antagonistas. Es el ritual de leer algo aparentemente frío y deshumanizado como es una hoja de papel llena de letras que recubrimos, vestimos y adornamos con nuestra imaginación facilitando el nacimiento de una historia que situamos en el centro mismo de nuestros sueños.
Y la biblioteca, que es más que un almacén de libros, mucho más que un cementerio de libros raídos, y, en ocasiones, olvidados, se convierte, así en una puerta abierta a un literario cielo lleno de almas que viven gracias a nuestra pasión por la lectura, gracias a esa determinación por darle vida a esas historias que sólo se sienten vivas cuando abrimos un libro y dejamos que revoloteen a nuestro alrededor.
Abrir un libro, entrar en una biblioteca es uno de los ejercicios más sanos que se conocen. Porque permiten que nuestro corazón sienta y nuestra mente permanezca viva.
Biblioteca Santa Ana. Cabecera de la Red de Bibliotecas Municipales del Ayuntamiento de Badajoz